martes, 11 de septiembre de 2018

Depresión, el secreto que compartimos

Por Andrew Solomon. Agosto del 2014.

"Lo contrario de la Depresión no es la felicidad, sino que es la Vitalidad".

(Puedes ver su charla TED en https://youtu.be/KsT1nrOzYvM )

"Senti un funeral en mi cerebro, los deudos iban y venían, arrastrándose, arrastrándose hasta que pareció que el sentido se quebraba silenciosamente, y cuando todos se sentaron, una liturgia, un tambor comenzó a batir, a batir hasta que pensé que mi mente se enmudecía, y luego los oí levantar el cajón, y crujió atraves de mi alma, con los mismos botines de plomo otravez.
El espacio comenzó a repicar como si todos los cielos fueran una campana y existir solo una oreja, y yo, y el silencio alguna extraña raza, naufragada, solitaria, aquí. Y luego un vacío en la razón se quebró, caí y caí, y di con un mundo en cada naufragada, y terminé sabiendo entonces"

Conocemos la Depresión por medio de metáforas. Emily Dickinson fue capaz de expresarla en palabras, Goya en una imagen. El principal objetivo del arte es describir esos estados emblemáticos.
En cuanto a mi, siempre me creí un hombre fuerte, uno de los que sobreviviría si hubiera sido enviado a un campo de concentración. En 1991 sufrí una serie de pérdidas. Murió mi madre, terminó una relación en la que estaba, volví a estados unidos tras unos años afuera y pasé intacto por todas esas experiencias. Pero en 1994, tres años después, sentí que había perdido el interés por casi todo. No quería hacer ninguna de las cosas que anteriormente quería y no sabía porqué.
Lo contrario de la depresión no es la felicidad sino la vitalidad, y fue la vitalidad lo que parecía haberme abandonado en ese momento. Todo lo que tenía que hacer me parecía demasiado esfuerzo. Volví a casa y veía la luz roja del contestador titilar, y en vez de alegrarme de que mis amigos me llamaran pensaba: " cuánta gente a la que tengo que llamar", o si decidía almorzar después pensaba que tenía que sacar la comida ponerla en un plato, cortarla, masticarla, tratarla y sentía que era como un vía crucis
Una de las cosas que se olvida, cuando se habla de depresión es que uno sabe que lo que le pasa es ridículo, mientras te está pasando sabes que es ridiculo. Sabes que todo el mundo puede escuchar los mensajes del contestador, almorzar, organizarse para darse una ducha, para salir y que no es nada del otro mundo. Y aún así estas en sus garras, incapaz de imaginar cualquier salida. Y entonces empecé a sentir que hacía cada vez menos, que pensaba cada vez menos, que sentía cada vez menos, era como una incapacidad.
Y entonces apareció la ansiedad.
Si me dijeran que tengo que estar deprimido todo el mes de noviembre contestaría como se que va a terminar el mes de Noviembre, puedo lograrlo
Pero si me dijeran tienes que padecer ansiedad grave todo el mes que viene, preferiría cortarme la cabeza antes que pasar por eso.
La sensación que tenia constantemente se parecía a cuando vas caminando y te tropiezas o te resbalas y el suelo se te acerca a toda velocidad. Pero en lugar de durar medio segundo que es lo que dura, duró 6 meses. Es la sensación de tener miedo todo el tiempo. Pero sin siquiera saber a qué le tienes miedo.
Y en ese momento empecé a pensar simplemente que estar vivo era demasiado doloroso, y que el único motivo para no matarme era no hacerle daño a los demás.
Y un día por fin me desperté y pensé que quizás había tenido un derrame cerebral, porque quedé en la cama completamente paralizado, mirando el teléfono y pensando "algo anda mal, y tendría que llamar para pedir ayuda" pero no podía extender el brazo, para tomar el teléfono y marcar. Por fin pasadas 4 horas acostado y mirándolo, comenzó a sonar el teléfono y nosé bien como pude entender, era mi padre y le dije "tengo un problema grave, tenemos que hacer algo".
Al día siguiente comencé a tomar medicamentos e ir psicoterapia. Y también empecé a enfrentarme a esta pregunta atroz "Si no soy el tipo duro, que hubiera sobrevivido en un campo de concentración, quien soy entonces? Y si tengo que tomar medicamentos, esto me hará ser mas yo mismo? O me transformará en otra persona? Cómo me sentiría si me transformara en otra persona?"
Tenía dos ventajas al empezar esta lucha, la primera era que siendo objetivo, yo sabía que mi vida era buena y que si conseguía recuperarme, tendría algo al otro lado por lo que valía la pena vivir. La segunda era que podía acceder a buenos tratamientos.
Pero, sin embargo, salia a flote y recaía, y salía a flote y recaía, y salía a flote y recaía y por fin comprendí que tendría que tomar medicamentos e ir a psicoterapia para siempre.
Y pensé, es un problema químico? O es un problema psicológico? Hace falta una cura química? O una cura filosófica? No podía comprender que era.
Y entonces comprendí que no sabemos lo suficiente en ninguno de los dos terrenos como para tener una explicación completa.
Tanto el tratamiento químico como el psicológico tenían su función. Y también me di cuenta de que la depresión era algo que se va tejiendo tan en lo profundo de nuestro ser que no es posible separarla de nuestro carácter y personalidad.

Quiero decir que los tratamientos contra la depresión son terribles, no son muy eficaces, son sumamente costosos. Tienen infinidad de efectos secundarios, son un desastre. Pero estoy sumamente agradecido de vivir ahora y no 50 años atrás, cuando no se podía hacer casi nada. Espero que dentro de 50 años, cuando sepan como eran mis tratamientos la gente se horrorice de que alguien haya soportado una ciencia tan primitiva.
La depresión es la tara en el amor.
Si cuando uno está casado pensara "bueno si mi esposa se muere me busco otra" eso no seria el amor como lo conocemos. Algo como el amor sin pensar en la posibilidad de perdida no existe. Y ese fantasma de la desesperación puede ser el motor de la intimidad.
Hay 3 cosas que la gente suele confundir:

Depresión, duelo y tristeza.

El duelo es claramente reactivo, si sufres una pérdida y te sientes sumamente desdichado y 6 meses después todavía estás muy triste, pero andas un poco mejor, probablemente sea un duelo, y los más probable es que hasta cierto punto se te pase solo. Si sufres una pérdida catastrófica y te sientes pésimo y 6 meses después te es prácticamente imposible hacer tu vida, probablemente se trate de una depresión desencadenada por las circunstancias catastróficas.

El recorrido nos dice mucho.

Se suele creer que la depresión es solo tristeza, es muchísima demasiada tristeza, muchísimo demasiado pesar, por un motivo demasiado insignificante.

Cuando empecé a tratar de entender la depresión y a entrevistar a personas que la habían padecido vi que algunos a primera vista, parecían tener algo similar a una depresión relativamente leve, terminaban completamente incapacitados por la depresión. Y otros que parecían tener según describían una depresión terriblemente grave, sin embargo vivían bien en los intervalos entre los episodios depresivos. Y me propuse descubrir que es lo que hace que algunos tengan una mayor capacidad de recuperación que otros.

Cuáles son los mecanismos que nos permiten sobrevivir?

Y salí a entrevistar una tras otra y a todas las personas que estaban sufriendo una depresión. Una de las primeras entrevistadas me describió la depresión como una manera más lenta de estar muerto. Y fue muy bueno para mí oír eso al principio porque me recordaba que esa manera lenta de estar muerto, puede conducir a la muerte real, que es un asunto serio. Es la principal discapacidad en el mundo y la gente se muere de depresión todos los días.

Una persona con la que hable cuando trataba de entender la depresión fue una amiga muy querida que conocía desde hacía años y que había tenido un episodio psicótico en el primer año de universidad y luego se sumergió en una depresión espantosa. Tenía trastorno bipolar o trastorno maníaco-depresivo, como se lo conocía entonces. Y después le fue muy bien tomando litio muchos años, hasta que al final le retiraron en litio para ver si se las arreglaba y tuvo otra psicosis tras la que cayó en la peor depresión que yo había visto. Se sentaba en el apartamento de sus padres más o menos catatónicamente, prácticamente sin moverse, día tras día tras días. Y cuando la entrevisté sobre esa experiencia unos años después - es poetista y psicoterapeuta y se llama Maggie Robbins - cuando la entrevisté me dijo: estaba cantando "where have all the flower gone" una y otra vez para tener la mente ocupada. Cantaba para tapar las cosas que me decía mi cabeza: No eres nada, no eres nadie, ni siquiera te mereces estar viva. Fué en esa época cuando empencé a pensar seriamente en suicidarme.

Cuando estás deprimido, no sientes que sea como si te pusieran un velo gris y que ves el mundo a través de esa nube negra de mal humor. Uno siente que retiraron el velo, el velo de la felicidad y que ahora estás viendo la verdad. Es más fácil ayudar a los esquizofrénicos, que perciben algo ajeno dentro de ellos que hay que conjurar. Con los depresivos es más difícil, porque creemos que estamos viendo la verdad.

Pero la verdad, miente.

Me he obsesionado con esa oración: "Pero la verdad miente"

Y descubrí al hablar con gente deprimida que tienen muchas impresiones equivocadas. Ellas dicen "Nadie me quiere" y tú les dices "yo te amo, tu esposa te ama, tu madre te ama", esa pregunta se contesta sin problemas al menos para la mayoría. Pero la gente deprimida también dirá: "hagamos lo que hagamos, al final todos nos vamos a morir" o dicen "no puede haber una verdadera comunión entre dos seres humanos, cada uno está atrapado en su propio cuerpo" a lo que hay que contestar "es cierto, pero creo que ahora tenemos que concentrarnos en qué vamos a desayunar"

Muchas veces, lo que están expresando no es enfermedad, sino perspicacia y vemos que lo que en verdad es increíble es que casi todos conocemos esas preguntas existenciales sin que eso nos perturbe demasiado.

Hubo un estudio que me gustó en especial en el que se le pide a un grupo de personas deprimidad y a otro de personas no deprimidas que jueguen una hora a un videojuego, transcurrida la hora les preguntaban cuantos monstruitos pensaban que había matado. El grupo de deprimidos acertaba con un margen de cerca del 10% y el grupo de los no deprimidos entre 15 y 20 veces más monstruitos que los que habían matado en verdad.

Cuando decidí escribir sobre mi depresión, muchos decían que debía ser muy difícil terminar con el silencio, darlo a conocer. Me preguntaban "te hablan distinto ahora?" Y yo les decía "Sí, la gente me habla distinto, porque se ponen a contarme sus propias experiencias o el caso de una hermana o el de un amigo.

Las cosas cambiaron porque ahora sé que la depresión es el secreto familiar que todos tenemos.

Hace unos años, fui a una conferencia de tres días. El viernes uno de los participantes, una mujer me llevó a parte y me dijo: "tengo depresión y me da un poco de vergüenza, pero estoy tomando medicamentos y quisiera pedirle su opinión" Me esforcé en aconsejarla lo mejor que pude. Y entonces me dijo "verá, mi esposo nunca lo entendería, es de los que pensaría que esto no tiene sentido, así que... que quede entre nosotros" le dije "está bien".
El Domingo en la misma conferencia el marido me lleva aparte y me dice: "mi esposa dejaría de verme como el hombre que soy si se entera, pero estoy luchando con esta depresión y estoy tomando estos medicamentos, me podría dar su opinión?"

Estaban escondiendo el mismo medicamento en dos lugares distintos.

Dije que me parecía que la comunicación en el matrimonio podía ser el disparador de algunos de sus problemas. Pero también me impactó la incomodidad y el peso de tal secreto mutuo.

La depresión es tan agotadora...
Absorve tanto tiempo y energía. Pero el silencio que la rodea eso sí que hace que la depresión sea mucho peor. Y entonces me puse a pensar en todos los caminos que sigue la gente para estar mejor.

Al principio pensaba que sólo unos pocos tratamientos de medicina tradicional funcionaban, y tenía claro cuáles eran, la medicación, ciertos tipos de psicoterapia, quizás la terapia eléctroconvulsiva. Todo lo demás eran estupideces. Y entonces me di cuenta de algo. Si tienes un tumor cerebral y dices que pararte en la cabeza 20 minutos todas las mañanas te hace sentir mejor, puede que te haga sentir mejor, pero el tumor sigue ahí y sigue siendo probable que te mueras por eso. Pero si tienes depresión y ponerte bocabajo 20 minutos diarios te hace sentir mejor, entonces funcionó, porque la Depresión consiste en lo que sientes, y si te sientes mejor es porque, efectivamente ya no estás deprimido.

Entonces empecé a ser mucho más tolerante con el mundo de los tratamientos alternativos. Y recibo cartas, cientos de cartas de gente que me cuenta que funcionó para ellos.

Alguien me preguntaba hoy entre bastidores, por la meditación.

Mi carta favorita fue una que me mandó una mujer que me contaba que había probado psicoterapia, medicamentos, casi todo, y que había encontrado una solución y que quería que yo la difunda. Y esa solución era hacer cositas de hilo. Me mandó algunas pero hoy no me las puse. Le sugerí que también buscará "trastorno obsesivo compulsivo" en el DSM - IV.

Y además cuando me puse a ver los tratamientos alternativos, eso también amplió mi visión de otros tratamientos. Asistí a un exorcismo hecho por una tribu en Senegal en el que se usaba una gran cantidad de sangre de carnero y del que no abundaré en detalles ahora, pero unos años después, estaba en Ruanda, trabajando en otro proyecto, y le conté mi experiencia a un hombre.

Me dijo: "Verá, eso es África Occidental y estamos en África Oriental. Nuestros rituales son, en ciertos aspectos, muy distintos, pero tenemos algunos rituales que se parecen bastante a lo que usted describe"
"De veras?" Le dije.
"Sí, - contestó - pero hemos tenido muchos problemas con los trabajadores de la salud mental occidentales, sobre todo con los que vinieron apenas terminó el genocidio".
Pregunté: "Qué Clase de problemas tuvieron?"
Me contesta: "Bueno, hacían cosas extrañas. No sacaban a la gente al sol, cuando empezaban a sentirse mejor. No usaban tambores ni música para hacer bullir la sangre. No hacían participar a toda la comunidad. No sacaban la depresión para fuera como si fuera un espíritu invasor. En cambio, lo que hacían era llevar a las personas de a una a unos cuartitos lúgubres y los hacían hablar una hora de las cosas feas que les habían pasado". Me dijo: "Tuvimos que pedirles que se vayan del país".

Al otro extremo de los tratamientos alternativos, permítanme hablarles de Frank Russakoff. Frank tuvo la peor depresión que quizás vi en un hombre.

Estaba constantemente deprimido. Cuando lo conocí estaba en un momento en el que se hacía electroshok todos los meses. Después se sentí medio perdido una semana, luego se sentía bien una semana, y después venía una semana en la que se derrumbaba. Y entonces lo trataban con electroshok otra vez. Cuando lo conocí, me decía: " Es insoportable pasar las semanas de este modo. Así no puedo seguir, y ya tengo pensado como voy a terminar con todo si no mejoro. Pero - me contó - me enteré de que hay un protocolo en el hospital general de Masachusetts, una intervención quirúrgica, llamada callostomía, que es una cirugía cerebral,  y creo que voy a probar con eso".

Recuerdo el asombro que sentí en ese momento, el pensar que alguien que había tenido tantas malas experiencias con tantos tratamientos distintos todavía tuviera en su interior el suficiente optimismo como para probar con otro más. Le hicieron la callostomía y fue realmente un éxito.
Ahora es amigo mío, tiene una esposa divina y 2 hijos hermosos. Me escribió una carta la Navidad después de la cirugía. Dice: "Mi padre me mandó dos regalos este año. Uno es un porta CD motorizado de The Sharper Image, que realmente no me hacía falta pero sé que me lo mandó para celebrar que estoy viviendo por mi cuenta y que tengo un trabajo que parece me gusta mucho. Y el otro regalo era una foto de mi abuela, que se suicidó. Cuando lo abrí, me largué a llorar. Y vino mi madre y me dijo: 'lloras por los parientes que no conociste?' Y yo le dije: 'Tenía la misma enfermedad que tengo yo'. Lloro mientras te escribo. No es porque esté tan triste, sino porque estoy impresionado porque yo podría haberme suicidado, pero mis padres me mantuvieron vivo, y también los médicos, y me operé.

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